Al llegar nos llamo la atención la curiosa decoración del local, con sus sofás y sillones cada uno de su padre y de su madre y las paredes moradas que me recordaban muchísimo a un bar que me encanta de Chueca, la verdad es que era más un sitio de copas, pero que también se puede disfrutar por la tarde con té o un batido.
Sin lugar a dudas un sitio tan exótico, donde me pedí un trinaranjus… soy así de sencilla, eso sí, luego descubrí que entre las mil cervezas de países sofisticados había cerveza para celiacos. No soy cervecera pero siempre me alegro al ver que cada vez en más sitios tienen esta opción para nosotros.
Por la tarde- noche continuamos nuestra ruta por Valladolid Gluten Free, la siguiente parada fue en Caroba, muy cerquita de la plaza Mayor, un sitio ideal para ir de pinchos y tomar unas buenas tostas acompañadas con una cerveza Sin gluten.
Aunque en la carta de la barra no lo indican, adaptan casi todas las tostas para los celiacos, poniendo pan sin gluten Proceli y quitando los ingredientes que no podamos comer.
Entre tanta variedad me decanté por una Tosta de Jamón Ibérico con tomate y cebolla confitada, un clásico de las tostas y por su famoso timbal de huevos rotos con trufa y hongos, que lo presentaron de forma espectacular, siento no tener foto, pero el camarero no me dejo margen de maniobra, después de explicarme cada capa del nido me rompió la obra de arte, porque según él sino no eran huevos rotos. Os lo recomiendo si vais!.
En definitiva me encanto, tengo claro que no hay cosa con la que más disfrute que yendo de tapas ¿porqué? Imagino que es porque es lo más difícil de hacer para un celiaco, no porque para el hostelero sea complicado, porque muchas veces con incorporar el pan sin gluten es suficiente, sino porque no hay concienciación de hacer tostas para celiacos y lo que es excepcional siempre gusta más.