Sin darme cuenta han pasado 5 años desde aquel día que decidí abrir este diario sin gluten, en el que cuento una parte de mi vida, la celiaquil, que me lleva acompañando desde que cumplí 1 año por lo que es parte imprescindible de mí, me guste o no me guste.
Estoy convencida que si no fuese celiaca, viviría la vida de otra forma, no sé si mejor o peor, pero sería otra persona completamente diferente, posiblemente mucho más alocada y más insensata, pero no sería yo. Me podría coger la maleta sin planificar antes un viaje, pero seguro que no disfrutaría tanto como lo hago ahora con el turismo gastronómico gluten free, como cuando por primera vez comí una pizza en Italia o un gofre en Bruselas, porque para mí ese instante no sería nada excepcional, como lo es ahora.
Así que en el fondo estoy encantada porque mi vida sin gluten me ha permitido vivir experiencias que de otra forma no hubiese experimentado. Entre ellas este blog y la gente tan fantástica que he conocido a raíz del blog y las redes sociales.
Así que en el fondo estoy encantada porque mi vida sin gluten me ha permitido vivir experiencias que de otra forma no hubiese experimentado. Entre ellas este blog y la gente tan fantástica que he conocido a raíz del blog y las redes sociales.
Pero no nos engañemos, no siempre me gusta ser celiaca, a veces es una lata, no sólo cuando viajas, también cuando tienes saraos sociales, comidas familiares o estas con gente que no te conoce y te toca explicar por milésima vez que eres celiaca; aunque ahora con eso de Mercadona la explicación acaba antes, diciéndoles lo que quieren oír, que sí, que tu vida es más fácil desde que etiquetan las cosas sin gluten.
Pero ojala ser celiaca fuese eso solo, comprar en Mercadona cosas sin gluten, ojala no existiese la contaminación cruzada, ojala no existiesen los restaurantes que se suben al carro del sin gluten porque la competencia lo hace y cuando investigas un poco te enteras que cuecen la pasta sin gluten en el mismo agua que la con gluten, porque piensan que con ofrecer pasta sin gluten todo está solucionado; y luego te toca ponerte mala, te sientes impotente, lo cuentas en el blog porque estas cabreada y cansada de estos “busca negocio a toda costa”, pero sobretodo lo compartes porque quieres ayudar a otros celiacos y evitarles el disgusto; pero siempre hay algún celiaco asintomático que lo cuestiona. Y te replanteas si merece la pena perder tu tiempo en intentar ayudar a los demás, en hacerles ver a esos restaurantes que no solo consiste en ofrecer pan sin gluten, que tienen que formarse, ponerse en contacto con alguna asociación para que les den las pautas para hacerlo bien y que no haya contaminación, porque es un tema serio, no una moda de comer sin gluten.
Así que aprendes a lidiar esta batalla mientras toreas los comentarios poco acertados de otros. que se suponen que deberían entenderte por ser celiacos, y con el tiempo cada vez te cuesta menos morderte la lengua, porque os prometo que a más de uno le hubiese dicho que le cambiaba sólo por un día mi celiaquía por ser celiaca asintomática, y que luego me contasen que piensan de esas hamburguesas tan fantásticas que preparan personal no formado, eso sí certificado, porque nos interesa que 438 establecimientos de una multinacional tan conocida estén certificados.
Pero gracias a Dios no todos los celiacos son así, y con eso es lo que hoy en el cumpleblog me quedo. Siempre hay gente agradecida, que valora el tiempo invertido, comentarios positivos que nos ayudan a todos, intercambios de experiencias, consejos, personas con las que te identificas y no te hacen sentirte tan sola, nuevos diagnosticados que te escriben y se te cae una lagrimita al leer sus palabras y al comprobar sorprendida que ese post absurdo que escribiste un día les ha servido de ánimo en ese duro comienzo de la celiaquía… y gracias a todo esto, sigues escribiendo y compartiendo tus vivencias y llegas sin darte cuenta a los 5 años, habiendo aprendido a escuchar a la gente y no ser tan impulsiva a la hora de decir lo que piensas, a contar las malas experiencias, sin perder las formas, intentando ser constructivo el comentario para sumar en positivo y salir ganando todos.
Por supuesto, en este mundillo hay gustos para todo, blog que no publican más que alabanzas, cosas que le regalan y todo maravilloso. ¡Da un gusto leerlos!, parece que hasta es "guay" ser celiaco. Tengo que reconocer que a mí en ocasiones hasta me animan. Pero si algo tengo claro desde el minuto uno, es que yo cuento lo que vivo y como lo vivo, a veces es bueno y a veces no lo es. Ojala llegue el momento, que mi blog pase a ser de color de rosa, creerme que yo soy la primera interesada, pero hasta entonces seguirá siendo así, de color verde, verde esperanza.
Y por suerte, cada vez tengo más esperanza y más ilusión, si echo la vista atrás, veo una evolución enorme en estos últimos años, más productos sin gluten y de mejor calidad, (muy atrás quedaron esos panes incomibles); hay más oferta gastronómica y diferente: ya tenemos etíopes, comida mejicana, latina, comida rápida, restaurantes y obradores 100% sin gluten,… cosas que hace 5 años hubiese pensado que eran un sueño inalcanzable.
Y todos estos avances, me hacen estar hoy convencida que cada vez está más cerca el momento que deje de escribir en el blog, porque encontrar un restaurante que ofrezca comida para celiacos y lo haga bien, deje de ser algo excepcional que quiera compartir con todos; pero hasta que llegue ese día espero seguir por aquí publicando con mi personal punto de vista mis viajes, mis salidas a restaurantes y todo aquello que os pueda ayudar en vuestra vida sin gluten.
Gracias a todos por leerme y por acompañarme con vuestros comentarios en estos años, gracias a ellos he aprendido mucho, me he sentido comprendida, y he dejado de sentirme un “bicho raro”. Estoy segura que me habéis dado mucho más vosotros a mí, que yo a vosotros con mis batallitas sin gluten.
¡gracias por estar ahí cada día!