Hemos vuelto fascinados de nuestro viaje por Cerdeña, Italia siempre nos gusta, pero esta vez nos ha cautivado! nos ha sorprendido las maravillosas playas de la Costa Esmeralda, ese azul verdoso que da nombre a la zona, la transparencia de sus aguas, las playas vírgenes… parecía que estábamos en el Caribe!
Casi dos semanas que nos dieron tiempo a disfrutar de la autentica joya del mediterráneo.
Como todos nuestros destinos vacacionales, siempre requieren una investigación previa, a nivel turístico y gastronómico. Por lo que nos pusimos en contacto con amigos italianos, que nos hicieron muy buenas recomendaciones, y con la AIC Asociación Celiacos Italia.
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Nos facilitaron un listado muy amplio de heladerías, restaurantes, pizzerías y hoteles donde comer sin preocuparnos de nuestra dieta. No obstante, y por experiencias previas preferimos alojarnos en diferentes casas para poder cocinarnos y prepararnos las comidas, sobre todo para las mil excursiones en barco que hicimos, aunque eso no quita que probásemos más de una pizza sin gluten.
Nuestra primera parada gastronómica fue para cenar en el Restaurante Flora, está muy céntrico, una de las calles que salen de la Piazza Giacomo Matteotti, donde te deja el autobús que te lleva al aeropuerto. Al llegar vimos que era el restaurante de un hotel, aunque no vimos ningún tipo de indicación, al preguntar nos dijeron que no había ningún problema.
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Nos indicaron de la carta todo lo que podíamos comer casi todos los pescados, la pasta, las pizzas.. y me decante por un pescado con tomate y patata que estaba espectacular y que me limpiaron delante mío.
Seguro que os preguntareis porque no me pedí una pasta en Italia, y más yo que soy carnívora y no me gusta el pescado… pues porque me fié a ciegas de la persona que me recomendó el restaurante, y me dijo que el pescado era su especialidad, y la verdad es que no me arrepiento, porque ya pude comer buenos platos de pasta en otros sitios y el pescado estaba exquisito.
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Aunque el restaurante pueda parecer algo exclusivo, de precio fue bastante barato, los platos costaban una media de 8 € y el pan sin gluten recién horneado que me pusieron no me lo cobraron, cosa que me sorprendió gratamente. El único fallo que vi es que no tenían postres para celiacos, solo fruta, pero lo subsane con un heladito, que ya os contare en el próximo post, pero por el resto una fantástica elección que os recomiendo sin lugar a dudas si vais por Cagliari.
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| Isola de la Magdalena |
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| Cala Goloritze |
Un viaje de lo más recomendable, nosotros volamos a Cagliari porque de los tres aeropuertos que hay en la isla desde Madrid volaba una compañía de bajo coste, y desde allí alquilamos un coche para recorrernos toda la isla y disfrutar de las mil calas y playas.
Casi dos semanas que nos dieron tiempo a disfrutar de la autentica joya del mediterráneo.
Como todos nuestros destinos vacacionales, siempre requieren una investigación previa, a nivel turístico y gastronómico. Por lo que nos pusimos en contacto con amigos italianos, que nos hicieron muy buenas recomendaciones, y con la AIC Asociación Celiacos Italia.
Nos facilitaron un listado muy amplio de heladerías, restaurantes, pizzerías y hoteles donde comer sin preocuparnos de nuestra dieta. No obstante, y por experiencias previas preferimos alojarnos en diferentes casas para poder cocinarnos y prepararnos las comidas, sobre todo para las mil excursiones en barco que hicimos, aunque eso no quita que probásemos más de una pizza sin gluten.
Nuestra primera parada gastronómica fue para cenar en el Restaurante Flora, está muy céntrico, una de las calles que salen de la Piazza Giacomo Matteotti, donde te deja el autobús que te lleva al aeropuerto. Al llegar vimos que era el restaurante de un hotel, aunque no vimos ningún tipo de indicación, al preguntar nos dijeron que no había ningún problema.
Nos indicaron de la carta todo lo que podíamos comer casi todos los pescados, la pasta, las pizzas.. y me decante por un pescado con tomate y patata que estaba espectacular y que me limpiaron delante mío.
Seguro que os preguntareis porque no me pedí una pasta en Italia, y más yo que soy carnívora y no me gusta el pescado… pues porque me fié a ciegas de la persona que me recomendó el restaurante, y me dijo que el pescado era su especialidad, y la verdad es que no me arrepiento, porque ya pude comer buenos platos de pasta en otros sitios y el pescado estaba exquisito.
Aunque el restaurante pueda parecer algo exclusivo, de precio fue bastante barato, los platos costaban una media de 8 € y el pan sin gluten recién horneado que me pusieron no me lo cobraron, cosa que me sorprendió gratamente. El único fallo que vi es que no tenían postres para celiacos, solo fruta, pero lo subsane con un heladito, que ya os contare en el próximo post, pero por el resto una fantástica elección que os recomiendo sin lugar a dudas si vais por Cagliari.